jueves, 14 de febrero de 2013

La evaluación en el currículo.


La evaluación es una parte muy importante de la educación. La evaluación es el único instrumento que tenemos para verificar el cumplimiento del derecho superior a la educación. Garantizar se esté recibiendo una educación de calidad, requiere de evaluaciones que den cuenta tanto de lo que se aprende, como de las acciones que se desarrollan para su cumplimiento.

De esta manera los estudiantes tienen el derecho a recibir información sobre la calidad de los aprendizajes adquiridos. Así como ellos, las familias, la sociedad y los profesionales de la educación, tienen el derecho y el deber de saber si la educación impartida es pertinente, relevante, eficaz, eficiente y equitativa.

Las leyes según las que se rige la educación en España tienen varias  puntos dedicados a la evaluación destacan que la evaluación tiene que ser continua; que hay que evaluar por diferentes métodos; que las estrategias e instrumentos de evaluación deberán ser variados y adecuados a las características del alumnado, siendo el seguimiento individualizado del alumno y la observación directa y sistemática los instrumentos principales del proceso de evaluación. Pero además hay varios puntos dedicados a la promoción. 


Los principios que debe tener la evaluación son:

INTEGRIDAD. Se evalúa: Métodos, objetivos, personalidad del estudiante.

CONTINUIDAD. La evaluación es permanente, ordenada, planificada.

DIFERENCIALIDAD.  La evaluación se aplica a través de diferentes medios. La evaluación debe de estar presente en los diferentes aspectos del proceso educativo. La evaluación debe de efectuarse por diferentes personas: Maestros, padres de familia, el mismo alumno.

FINALIDAD La medición debe de estar relacionada con los objetivos logrados en clase.

INDIVIDUALIDAD. La evaluación debe considerar el nivel del grupo, así como el nivel de limitaciones y potencialidades de los estudiantes.

CIENTIFICIDAD. Todo instrumento de medición debe ser científicamente elaborado, sin un sistema de evaluación científico.

Y la evaluación tiene que servir para algo, sus funciones principales son las siguientes.

FUNCIÓN DE MOTIVACIÓN DEL APRENDIZAJE. La motivación es una de las principales funciones de la evaluación, ya que ésta motiva el esfuerzo del maestro y del alumno, mejorando la calidad del aprendizaje y por ende el desarrollo de la personalidad del estudiante.

FUNCIÓN DE DIAGNÓSTICO Y PRONÓSTICO.  Es la que trata de determinar las causas que están detrás de los síntomas. El diagnóstico no sólo debe abarcar el nivel de conocimientos, sino toda la personalidad del alumno. También lograremos, en algunos casos, prevenir los problemas de estudiantes y del aprendizaje.

 FUNCIÓN DE ORIENTACIÓN EDUCACIONAL.  Consiste en suministrar datos para la orientación de los educandos.

FUNCIÓN DE DESARROLLO.- La evaluación contribuye a desarrollar en el alumno la creación, la habilidad de comparar, reflexionar, seleccionar y lo más importante, hacer conclusiones y generalizaciones.

Sin embargo, al igual que la educación, no sirve cualquier evaluación. Para que se cumpla ese derecho ésta debe ser de calidad. El incremento en los últimos años de las acciones evaluativas en educación ha supuesto que la cultura de la evaluación, poco a poco, se vaya instalando en los sistemas educativos. Ahora se considera que todos los implicados, todas las instancias y todos los niveles de decisión deben ser evaluados, aunque no siempre de la convicción se haya pasado a la acción.

Pero, ¿qué características debe tener una evaluación de calidad?
Cuando nos la formulamos, nos percatamos de lo poco que sabemos, de lo mucho que nos queda por recorrer. De hecho, no sabemos exactamente qué significa una evaluación de calidad. En todo caso, y a riesgo de ofrecer una imagen sesgada y parcial, es posible defender algunas de las características que debe tener una evaluación de calidad.

   En primer lugar, debe ser técnicamente impecable. Independientemente del ámbito, tema o enfoque de evaluación que estamos utilizando, es muy importante que cumpla los requisitos de ser válida, fiable, útil y creíble.

   En segundo término, debe ir dirigida a la mejora, a la transformación. Toda evaluación educativa,  tiene que estar orientada a la toma de decisiones administrativas (por ejemplo, a la contratación de un docente, a la acreditación de una universidad o a la promoción de un estudiante), debe ir orientada a aportar informaciones para transformar la situación evaluada y el contexto en el que se desarrolla.

   Para ello, necesariamente deberá estar centrada en aportar informaciones para la reflexión. Dado que el cambio sólo será posible si las personas directamente implicadas toman conciencia de la situación, reflexionan sobre la realidad y toman decisiones pertinentes para su trasformación, sólo habrá cambio si se parte de una reflexión. De hecho la evaluación tiene como principal propósito, aportar datos para esa reflexión. De ahí se puede derivar la necesidad de que la evaluación, para que sea de calidad, también ha de ser participativa y no jerárquica.

   Se requiere también de una evaluación positiva y no represora. Es probable que muchos de los problemas que tienen los sistemas de evaluación y su rechazo, en muchas ocasiones generalizado, es que son instrumentos de represión. Sólo en la medida en que las evaluaciones sirvan para destacar los pasos bien dados y sean instrumentos para la comunicación de las altas expectativas y el refuerzo del autoconcepto personal y grupal podrán entregar elementos pertinentes y relevantes para la reflexión y la toma de decisión.

   Una evaluación de calidad ha de ser también equitativa y justa. Debe reconocer y asumir la diversidad social y cultural de los estudiantes, para desde allí generar instrumentos y estrategias que permitan evaluar el desarrollo y desempeño de todos y cada uno adecuada y justamente. Una evaluación capaz de dar cuenta de la diversidad y heterogeneidad de los niños, niñas y jóvenes, al mismo tiempo que visibilizar y dimensionar los desafíos que el contexto y sus características, ponen al logro de resultados educativos de calidad.

   La última característica a destacar es que sea adecuadamente comunicada. Hay muchas evaluaciones, bien diseñadas e implementadas, pero que después tienen nulos efectos o, incluso, perversos, simplemente por no haber estado adecuadamente comunicadas a los destinatarios.

Como conclusiones finales destacamos:
          Todo el mundo tiene derecho a una evaluación de calidad de su aprendizaje.
          Forma parte de un proceso y mantiene vínculos con los demás elementos que componen el sistema escolar.
          Si la evaluación no es fuente de aprendizaje y queda reducida a la aplicación elemental de técnicas no es útil.
          La evaluación sirve como fuente de datos para el cambio.
          La evaluación no tiene que ser el  medio para controlar las conductas de los alumnos.
          La evaluación es mucho más que la calificación.

¿Por qué en España se le da tanta importancia a la nota y es el único punto que se ve de la evaluación?

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Tal y como se comentó ayer en clase, hay que saber diferenciar muy bien entre los conceptos de evaluación y calificación. La evaluación es mucho más que calificar (poner un número al lado de la asignatura), se evalúan entre otras cosas las competencias que según la LOE, es lo que hay que adquirir para obtener el título de graduado en secundaria obligatoria. Lo que no entiendo es el porqué de que la consejería solo pida la calificación y no tenga en cuenta la evaluación completa. Y por otro lado, como puede ser que lo necesario para titular sea la adquisición de competencias y después de todo, tanto los centros como los profesores hagan repetir curso a los alumnos que no consiguen obtener una calificación mínima sobre una cantidad dada de contenidos.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con Jon. La evaluación nos tiene que servir como fuente de datos para el cambio. Si la evaluación es mala algo tendremos que cambiar, quizás la metodología utilizada no sirva...

    Me gustó mucho una frase que dijo Carmen: "LA EVALUACIÓN ES UN PROCESO, NO UN SUCESO", nunca debe ser el fin, sino el medio.

    Y por último comentar que es la propia Ley de Educación la que fomenta una educación basada en la adquisición de competencias, y luego en el apartado de evaluación, habla directamente de superar materias y promocionar ¿Dónde están aquí las competencias?

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  4. Evaluar es visto habitualmente, tanto por profesores como por estudiantes, como sinónimo de calificar, es decir poner un número. Sin embargo, la evaluación es más que eso, se puede y debe usar como instrumento de mejora del proceso de enseñanza/aprendizaje de las ciencias y cualquier otra materia.

    Por ello, el profesor ha de considerarse responsable de los resultados que los estudiantes obtengan: no puede situarse frente a ellos, sino con ellos (como dicen muchos autores, el profesor hace de guía, de andamiaje…) y por eso, su pregunta no puede ser ¿quién merece una valoración positiva y quién negativa?, sino que se tiene que plantear la siguiente cuestión, ¿qué ayudas precisa cada alumno para seguir avanzando y alcanzar los logros deseados? Para ello, se necesita un seguimiento atento y un feed-back constante que reoriente e impulse la tarea.

    La evaluación se convierte así, como explicó Carmen en clase, en un instrumento de aprendizaje, en una evaluación formativa. Con esto solamente no es suficiente, aunque ya indica un progreso. Es necesario contemplarlo también como instrumento de mejora de la enseñanza.

    Si realmente se pretende hacer de la evaluación un instrumento de seguimiento y mejora del proceso, es preciso no olvidar que se trata de una actividad colectiva, de un proceso de enseñanza/ aprendizaje en el que el papel del profesor y el funcionamiento del centro constituyen factores determinantes. La evaluación ha de permitir también poder incidir en los comportamientos y actitudes del profesorado. Implica esto, que los alumnos puedan discutir sobre diferentes temas relacionados con lo que pasa en clase, como por ejemplo: opinar sobre el ritmo que lleva el profesor son la asignatura….

    Por otro lado, es preciso evaluar igualmente el currículo, con vistas a ajustarlo a lo que puede ser trabajado con interés y provecho por los estudiantes. De esta forma los alumnos aceptarán mucho mejor la necesidad de la evaluación que aparecerá como un instrumento de mejora de la actividad del grupo aula.

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  5. Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentan mis compañeros arriba.
    La evaluación, entre otras cosas, sirve para detectar problemas en el proceso enseñanza-aprendizaje o en la comunicación profesor-alumno.
    Si las calificaciones son malas, no vale con decir que los alumnos no estudian, son malos o es que vienen mal preparados; habrá que plantearse porque los resultados no son buenos, igual el método que utiliza el profesor no conecta con los alumnos, igual la forma de evaluar a los alumnos no concuerda con lo trabajado en clase...
    Hay que plantearse todas estas cuestiones y utilizar la evaluación como una herramienta para la mejora.

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  6. La LOE no especifica cómo evaluar solo las normas que deben cumplirse.
    Como ya se ha comentado, la evaluación debe ser un proceso y no un suceso, de manera que se utilice como un medio y no como un fin.
    No ha de usarse como medio para mantener el orden, o garantizar el respeto al profesor y sin embargo actualmente es el instrumento básico para ello.
    Los alumnos tienen derecho a una evaluación objetiva, es decir que el profesor tiene que poder aportar todos los datos sobre la misma.
    Es un medio para detectar y recabar datos que informen de los problemas que presente o no el alumno, y que igualmente este siga su propia evolución. El objetivo pues es la mejora continua.
    La evaluación debe ser equitativa, justa y comunicada de manera adecuada al alumno, sin dañar su motivación.

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