Buenas tardes a tod@s.
He visto esta noticia en el periódico y he decido publicarla en el blog ya que hemos tenido el placer de conocer a uno de los profesores cuando vino a la Universidad a explicarnos cómo hacía su trabajo en el IES Valle del Saja en Cabezón de la Sal.
Un saludo.
Dos profesores del IES Valle del Saja reciben el premio a la Mejor
Divulgación de la Química en Enseñanzas no Universitarias.
Alberto Agüayo y Covadonga Gutiérrez, profesores premiados.
Cuando Alberto Agüayo
y Covadonga Gutiérrez, dos profesores de física y química en el IES Valle del
Saja de Cabezón de la Sal, hablan de su trabajo lo hacen con pasión y modestia.
Tanta, que nada indica que son los ganadores del
premio nacional a la Mejor Divulgación de la Química en Enseñanzas no
Universitarias que otorga la Real Sociedad Española de la Química. Atribuyen el mérito
a los alumnos, “los verdaderos protagonistas que participaron e hicieron
posible todas las actividades que llevamos a cabo en 2011 con motivo del Año
Internacional de la Química”. Esas actividades que les han hecho merecedores de
este premio y de todo el reconocimiento que ello conlleva. Sin ellos, los
alumnos, no se hubiese hecho, pero tampoco “sin la ayuda económica de la
empresa Textil Santanderina”, que puso encima de la mesa todas las facilidades
para que Alberto y Covadonga plasmasen las ideas de la cabeza a la probeta.
Los cimientos del
proyecto que les ha dado el premio los pusieron los de antes, “todos aquellos
profesores del departamento que con anterioridad a nosotros realizaron diversas
actividades para difundir la ciencia”. Lo han hecho a “hombros de gigantes”,
como dijo Isaac Newton al final de su carrera, refiriéndose a que no podría
haberlo logrado sin el trabajo previo de otros. Aunque lo cierto es que, con
los pies en la tierra, estos dos docentes organizaron una serie de actividades
para conmemorar el Año Internacional de la Química en el año 2011 con el
objetivo de sacar la química de las clases y difundirla.
“Tenían que ser
actividades que pudieran realizar los alumnos para contribuir a divulgar esta
ciencia”, explica Covadonga, serena, aunque aún no se cree lo del premio. No
parecía algo difícil para un departamento acostumbrado a participar en
concursos y certámenes con trabajos de los estudiantes. Pero esta vez era
distinto. La idea implicaba más, “que participasen todos los alumnos de
ciencias, que se implicasen padres y profesores y que se nos conociera por
aquellos que están con lo de la química”, se expresa Alberto.
De esta barriga llena
de ideas, salieron disparadas varias actividades. “Comenzamos pensando en hacer
una tabla periódica con un material novedoso y de calidad”. Cada alumno dibujó
un elemento con un programa informático en un formato común y luego todos se
montaron en unas fichas de PVC. El resultado es una tabla periódica gigante
–seis metros de largo por tres de ancho- que hoy ocupa una de las paredes del
edificio, en la que aparece el nombre de cada elemento, la etimología, dónde se
descubrió, quién y cómo. Un proyecto en el que participaron los 118 alumnos de
ciencias. Su orgullo. Uno de ellos.
Porque orgullos tienen
muchos. Como las demostraciones que los alumnos realizaron durante todo el año.
Cada recreo o cada hora libre un alumno presentaba su propio experimento
delante de todos en el salón de actos. “Los preparaban en horas extras con
nuestra ayuda”. “Fue un éxito absoluto e indiscutible, se llenaba el salón de
actos”. Así lo define Alberto, con la ilusión de sus alumnos en la expresión.
“En este instituto existe un orgullo por presentar la ciencia en público”. Es
una frase bonita, “y es verdad”. De hecho, añade Covadonga, “hay gente que cambia
su vocación en segundo de bachiller”. Y es una forma de no aburrir con la
química, de exprimir las fórmulas para sacarles todo el jugo de la diversión.
Pero no todo es vino y rosas. “Es cierto que si tuviéramos más apoyo económico
y más horas de clase, podrían hacerse muchas más cosas”, se lamentan.
Otra de las
actividades consistió en realizar un blog, ‘a hombros de gigantes’ donde cada
alumno colgaba enlaces a noticias relacionadas con la química. El año de la
química terminó en noviembre, el Día Internacional de la Química. Entonces fue
el boom. “Alumnos de 1º y 2º de bachillerato realizaron experimentos durante
toda la mañana en la pista del polideportivo”.
Por este popurrí de
ideas llevadas a la práctica de la mejor forma posible, Alberto y Covadonga son
hoy merecedores del galardón. El premio es el reconocimiento y una dotación
económica, “pero sobre todo el reconocimiento”. “Estamos desbordados porque no
sabemos si nos lo merecemos o no”. Merecedores o no, ambos tienen claro que
ésta es la línea a seguir. “Tenemos que continuar divulgando la física y la
química como ciencias experimentales”. El principio del camino lo han trazado a
la perfección.
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